El 15 de febrero de 2010 mediante un acuerdo entre Nación y la Provincia de Santa Cruz se da nacimiento a esta área protegida. El Parque se ubica sobre el Mar Argentino, al Sur de la ciudad de Puerto Deseado. Abarca una superficie de 159.526 hectáreas, incluyendo una serie de islas e islotes costeros. Una de ellas, la Isla Pingüino, se destaca por ser la más grande y de la que se ha tomado su nombre para denominar esta área protegida.
En el lugar se halla una gran cantidad de especies marinas como la merluza austral, el langostino patagónico y el calamar, todas de relevancia al ser alimento de un sinnúmero de aves y mamíferos marinos. Además de ser un recurso económico.
En las islas, y en particular en Isla Pingüino se aposentan una gran cantidad de aves costero marinas. Allí es posible ver gaviotines sudamericanos, la gaviota austral, gaviota cocinera y a los cormoranes gris y roquero. Los pingüinos de Magallanes también recalan en la isla para nidificar, pero si bien son los más abundantes, no son los únicos, ya que aquí se encuentra la única colonia reproductiva patagónica del pingüino de penacho amarillo. Los cielos son surcados por esos extraordinarios viajeros alados de los albatros y petreles. También se registran dos especies de escúas, siendo una de las poblaciones más grandes del litoral argentino. Pueden verse apostaderos de lobos marinos de un pelo y de elefantes marinos, esta última especie es la foca más grande del mundo.
Con esta creación se garantiza la difusión y el conocimiento del área; se promueve la conservación de un área marina de gran relevancia, dada por la protección y conservación de los procesos ecológicos y el avance en el manejo integrado de recursos. También de “garantizar el uso público del Parque para contribuir al bienestar físico y espiritual de los visitantes, preservando sus atributos naturales y culturales para las generaciones actuales y futuras”.
Su torre, de casi veintidós metros, se alza sobre una pequeña elevación al sur de la isla. El primer tramo es de mampostería. El segundo, de hierro. Al pie encontramos la vivienda del personal que otrora se encargaba de hacerlo funcionar. Fue librado al servicio el 1° de mayo de 1903, con un sistema lumínico de la firma francesa Barbier, Bernard y Tureme. Estaba alimentado a kerosene y su señal podía verse a veintidós millas náuticas. En 1924 se cambio el combustible a gas acetileno, aunque la potencia no varió. Y en 1983, finalmente, se lo electrificó con paneles solares, reduciendo el alcance a 16 millas náuticas. En el camino, perdió su dotación de “torreros”. Hoy es uno de los 46 faros que operan en forma automática a lo largo de la costa argentina.